13 de octubre de 2012

Recuperación física... y mental (por Miguel Rodríguez).


La semana pasada dábamos la noticia de que íbamos a contar con entradas de Miguel Rodríguez Cárdenes. Miguel fue compañero de fatigas durante los cinco años de carrera, acaba de terminar el Máster de Educación y actualmente es entrenador personal con la empresa Campus Te Entrena. Tiene gran experiencia en el mundo del tenis de mesa y posee un amplio conocimiento del mundo del baloncesto, fiel seguidor del "Granca" y triplista nato.

Miguel Rodríguez Cárdenes.

            En innumerables ocasiones habremos leído, escuchado y/o estudiado acerca de la recuperación post-ejercicio, y de sus variantes, como son: la activa (mediante cargas específicas de entrenamiento que ayuden a acelerarla) y la pasiva (reposo). Pero en muchas ocasiones la gran olvidada es la recuperación psicológica o mental que, de verse afectada puede repercutir negativamente en la actuación del deportista.

            Si bien es un tipo de fatiga que se da en todos los deportes, la psicológica, basándome en mi experiencia competitiva, se da con más facilidad en los deportes individuales, dado que en muchas de estas modalidades el deportista esta apartado de cualquier instrucción o consejo de su entrenador durante el período de juego y sólo los recibe durante los tiempos muertos u otras fases intra-competición (entre un set y otro por ejemplo). Ahondando en este tipo de modalidades, recordemos que en ellas se da una serie de situaciones en las que el deportista tiene que tomar decisiones con rapidez, para poder conseguir una acción positiva, y claro está, a mayor numero de respuestas posibles a una situación mayor stress se genera en el deportista si este no esta "fresco" mentalmente. Por otro lado, este tipo de momentos, en modalidades colectivas suelen afectar menos al sujeto, ya que puede poner la decisión en manos de un compañero y evadirse de ella si no se encuentra seguro. Todo esto último tratándose de situaciones de juego real con balón en movimiento, y no las situaciones especiales como por ejemplo un lanzamiento de penalty en fútbol, fútbol sala, balonmano...

            No podemos olvidar que el deportista por muy elevado que pueda llegar a ser su nivel, no deja de ser PERSONA y cualquier elemento que se vea alterado en su día a día, puede ser causante de menor rendimiento, hablamos obviamente de problemas personales y no sólo de los físicos, enfermedades o lesiones. El entrenamiento invisible que muchos conocen, ese día a día en los hábitos de vida del deportista, es vital para una buena forma física en complemento con los entrenamientos.

            Como solución a este tipo de problemas que afectan al rendimiento deportivo, propongo una serie de acciones a llevar a la práctica y que pueden ayudar a minimizar el stress:

-        Actividades de “teambuilding”: Se trata de que el colectivo realice actividades de forma conjunta más allá de las meramente deportivas de su modalidad. La creación de lazos emocionales entre los compañeros ayuda no sólo a una mejor relación dentro del terreno de juego en incrementar rendimiento deportivo (a la vista quedan ejemplos como el del Herbalife Gran Canaria) y a nivel colectivo sino que ayudan a mejorar a cada sujeto individualmente.

-        Variación de las sesiones de entrenamiento: Más allá de lo que pueda pensar la mayoría, obviar aquello que nos está comiendo la cabeza al menos por un día, puede ser efectivo. La cuestión es que el deportista evite por una o un par de sesiones ese gesto técnico o jugada que de forma repetitiva ve frustrado como no consigue resolver. Distrayendo la atención a otros aspectos del juego pueden lograrse mejoras en esas situaciones. Se trata de dar equilibrio a todos los componentes de la modalidad y ahuyentar ese sentimiento de negación que puede sufrir el deportista.

-        Suspensión de entrenamiento o día libre: En situaciones límite, lo mejor que puede aconsejar un preparador es que el sujeto evite cualquier contacto con la modalidad deportiva, y realice cualquier otro tipo de actividad de entretenimiento o relax con su pareja, familia o amigos. Esa desconexión le hará recargar pilas de cara a la próxima sesión.

            Siguiendo la línea de quien me permite publicar estas ideas, Abel Redondo, yo también pienso que detalles como estos son por los que siempre se ha de acudir a un profesional (que es el que será capaz de identificar este tipo de situaciones por su formación), el entrenamiento no es sufrimiento si hay un buen gestor del grupo, una persona para la que además de un dorsal, seas una persona. 


            ¡Hasta la próxima! 

1 comentario:

  1. ¡Buen artículo Miguel! Ya tengo este blog en mis favoritos para poder seguir los artículos que publiques.
    Al leer tu escrito me acordé de mi alumnado futbolero, que no abren su mente al conocimiento y práctica de otras disciplinas deportivas.

    ResponderEliminar