En el día de hoy seguimos hablando de la base en el fútbol sala, y lo vamos a hacer diferenciando el nivel educativo y de rendimiento según de la categoría de la que estemos hablando.
Sabemos que el periodo de crecimiento del jugador desde benjamín hasta juvenil es un proceso de adquisición de conocimientos muy importante para el desarrollo de las capacidades del mismo. Debemos respetar dichos procesos para no crear jugadores frustrados, sin conocimientos, sin una educación "deportiva" que influye mucho sobre la social, etc.
Vamos a diferenciar dos aspectos, la parte educativa y la parte enfocada al rendimiento. El ámbito educativo nunca se va a perder durante el proceso de formación del jugador, siempre estará presente, pero irá disminuyendo con el paso de las categorías. Es un trabajo que año tras año se complementa para que al llegar a la edad senior hayamos creado un jugador educativamente correcto. Trabajaremos aspectos como el respeto hacía el rival, los árbitros o la afición, a vencer justamente sin trampas, los procesos que conlleva un entrenamiento (respetar los calentamientos, estiramientos, etc.), una educación de higiene que aunque parezca que no, es muy importante, etc. Por otro lado, el jugador irá creciendo y adquiriendo conocimientos y experiencias, lo que hará que cada año sentirá más la necesidad de competir, lo que atraerá la necesidad de rendimiento. Dentro del rendimiento trataremos todo lo referido a niveles técnicos, tácticos y estratégicos a desarrollar en cada jugador distribuido en un proceso que a largo plazo creará un jugador completo.
Por último, presentamos dichas tendencias:
Extraído de Entrenamiento de base en fútbol sala. Jesús Velasco y Javier Lorente. |
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